No todas las salidas de humos están en condiciones óptimas, y muchas instalaciones antiguas o modificadas pueden presentar fugas o problemas de tiro. En este artículo te contamos cómo detectar si necesitas un certificado de estanqueidad y qué puede pasar si no lo tienes.
Señales típicas de que algo no va bien
Algunas señales claras de que tu instalación necesita una revisión técnica y posiblemente un certificado son:
- Olores persistentes en zonas donde no deberían percibirse.
- Manchas o humedad en paredes o techos cercanos al conducto.
- Revocos de humo hacia el interior.
- Ruidos inusuales en el tiro de la chimenea o sistema de ventilación.
- Tiro débil o invertido, que dificulta la correcta evacuación de humos.
Estos síntomas pueden indicar que el conducto no es estanco y está perdiendo eficacia o seguridad.
¿Qué dice la normativa?
El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y otras normativas locales obligan a garantizar la estanqueidad en sistemas de evacuación de humos, especialmente en locales públicos, cocinas industriales o instalaciones compartidas.
Si no se puede demostrar la estanqueidad, pueden surgir consecuencias legales, especialmente si hay una denuncia o inspección.
¿Qué riesgos legales existen?
- Multas o sanciones por incumplimiento de normativas.
- Problemas con el seguro, que puede negarse a cubrir incidentes.
- Reclamaciones vecinales por molestias, olores o humos.
- Paralización de la actividad comercial hasta corregir la instalación.
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