El certificado de estanqueidad es un documento técnico que garantiza que una instalación de extracción de humos —como una chimenea o un conducto de ventilación— está sellada correctamente y no presenta fugas. Pero ¿es obligatorio en todos los casos?
A continuación, te explicamos cuándo debes tener este certificado y qué riesgos implica no disponer de él.
En reformas de locales comerciales o cocinas industriales
Si realizas una reforma que afecte a la cocina, el sistema de ventilación o el conducto de humos de un local —como un bar, restaurante o tienda con cocina—, las autoridades pueden exigir la presentación del certificado para garantizar que la instalación cumple la normativa vigente.
Es un requisito habitual para conseguir o renovar la licencia de actividad.
Ante quejas de vecinos o la comunidad
Cuando hay molestias en un edificio relacionadas con olores, humos o ruidos provenientes de una salida de humos, la comunidad de vecinos puede iniciar un procedimiento legal.
El certificado de estanqueidad es una forma de demostrar que la instalación funciona correctamente y no supone un riesgo para terceros.
Si lo solicita un técnico municipal o el seguro
Los técnicos del ayuntamiento pueden requerir este certificado tras una inspección. También algunas compañías aseguradoras lo exigen como condición para garantizar cobertura en siniestros relacionados con fuego, humo o daños estructurales.
¿Qué ocurre si no lo tienes?
No disponer de este certificado puede suponer:
- Paralización de la actividad del local.
- Multas administrativas.
- Reclamaciones legales por parte de vecinos.
- Exclusión de cobertura por parte del seguro.
En Liceol te ayudamos a evitar estos problemas, con pruebas de estanqueidad profesionales y certificados válidos para cualquier trámite oficial.